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12 Acuérdate de tu creador
    en los días de tu juventud,
antes que lleguen los días malos
    y vengan los años en que digas:
    «No encuentro en ellos placer alguno»;
antes que dejen de brillar
    el sol y la luz,
la luna y las estrellas,
    y vuelvan las nubes después de la lluvia.
Un día temblarán los guardianes de la casa,
    y se encorvarán los hombres de batalla;
se detendrán las molenderas por ser tan pocas,
    y se apagarán los que miran a través de las ventanas.

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